jueves, octubre 06, 2005

M#4

Como cuando nos lastimamos (o nos lastiman) y nos enfermamos, y más que nunca cuando nos morimos, el tiempo de la decadencia y la retracción nos revela nuestra humanidad. El dolor, la desilusión y la sensación de fracaso son síntomas de que el tiempo ha pasado y, si soñabas, ahora ves pasar tus sueños como en una película... en una pantalla, y son los sueños de muchos y la realidad de uno sólo, que claro, no sos vos.
Si a cada minuto estamos más lejos de nuestro nacimiento -que es donde nace también la esperanza- y más cerca de nuestra muerte, supongo que cada vez nos volvemos más vulnerables, más humanos y más miedosos. A los diez años, son pocos los que no aceptarían tirarse en esquíes desde la montaña más alta y nadie tendría novio/a por no sentirse sola/o; a los treinta, hay quien se casa por esa razón y mejor quedarse tomando whisky y mirando cómo nieva que está tan lindo. Parece que tuviéramos tan poco tiempo que lo mejor es preservarnos, y a la vez, que con tanta vida y tanto tiempo no sabemos qué hacer con ellos, sobre todo porque aquí al costado está el abismo ése del sentirse fracasado, que hay que evitar a toda costa.
Pero durante un minuto, un día, un año o veinte, o quizá durante toda la vida -porque también es posible acomodarse ahí y eso es otra historia- , todos caemos en el tiempo de la decadencia, a veces sin darnos cuenta, paulatinamente; o vemos quebrarse en mil gotitas uno -o dos- sueños; o nos golpeamos el dedito del pie en la esquina de la cama, y así de pronto, ya no podemos negarlo: me duele acá, me duele esto... estoy dolida/o. Si nacemos con dolor, ¿por qué la vida debiera evitárnoslo? También llorar hundida en la almohada puede ser un placer. Y puede que no. Pero casi siempre es revelador.

Largo el pelo recogido es el título que elegí para estos fragmentos de "cosas" que recogí y largo aquí, terminando con una poesía.
Se puso "serio y profundo" el bloGG... (¡Ojalá que no!) ¡Disfrútenlo como puedan!


Largo el pelo recogido

Esa chica, la de los brazos tan abiertos y sonrisa amplia y sincera, la de los ojos descansados y vivaces, la del aura de paz y del cuerpo en armónico movimiento. La de los pasos firmes. Esa muchacha. Que mira. Esa hermosa mujer que sabe. Que discierne el tiempo del ataque y el de la defensa, que sabe incluso estar vulnerable, cuando ni el propio llanto la empequeñece ni la debilidad la consume, si no que la hacen más bella y más fuerte, más madura y humana ¡y tanto, tanto más hermosa!

Ahora esa mujer está lastimada.

Ahora están los vicios, los deberes y las culpas. Los platos, la aspiradora. El dinero. Un pañuelo. Las botas. Las llaves. El paraguas. Los ladrones. La vergüenza.

Hay una mujer tapada,
tapando su bikini en la playa.
Tapada de trabajo en la casa,
tapando dolores con esfuerzos.
Tapada de cuentas a pagar.
Tapando la hoja escrita con el codo.
Tapando sus pulsiones, embutida.
Tapada de ideas inconclusas.
Tapando sus deseos con vergüenzas.
Tapando, incluso, sus vergüenzas.
Una mujer y su silencio inquieto.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Me pregunto si "Largo el pelo recogido" es actual o es una especie de fusión de varias cosas de las que tenes escritas y guardadas; porque parece muy de ahora, espontáneo, muy reciente...
La cuestión es que esta vez no reí, más bien me conmoví.
Tuve un día raro y navegar (en el sentido más amplio) por "marianadas" fue lo único que me devolvió un poco de paz.
Hoy fue esto lo que me transportó a esa otra dimensión en donde uno pareciera estar más resguardado, seguro, relajado, más tranquilo, más...
Ya sabes, no estás sola en esto.

jueves, octubre 13, 2005 10:05:00 p. m.  
Blogger Lady V said...

buaaaaaaaaaaaaaaa
buaaaaaaaaaaaaaaa..no se porke razon hoy lei esto, causalidades de la vida, quizas, pero quiero decrile reichel querida que me toco...

viernes, marzo 17, 2006 10:59:00 p. m.  

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