lunes, agosto 12, 2013

Marianamamá

Y acá estoy, de seis meses y medio... Me preñé. Se acabó el dormir, se acabó el coger, se acabó el salir. Se acabó incluso el estudiar. Y el trabajar. Se acabó. Agarrate fuerte q despega. Aprovecha los últimos dos meses que después no hay más, ni descanso, ni placer, ni sexo, ni vida propia ni posibilidades de seguir intentando hacer realidad tus insólitos deseos. Agárrate fuerte, que cuando aterrices habrán aterrizado también tus tetas en tu ombligo, tu culo en tus medias y tu panza será un canvas de estrías. 
Todo eso pero además qué afortunada, qué bello momento en la vida no hay otro igual, plenitud, más mujer que nunca, sacar fotos de la panza para que esto nunca se te olvide, un milagro de Dios, ¿querés el asiento?, ¿es nena o varón?, ¿cómo se va a llamar? ¿Parto o cesárea? Con oxitocina o sin, con epidural o sin, ¿parto respetado o hippie chic? Clase de pujo, clase de lactancia, ¿fuerza para hacer caca o para parir? El parto es fisiológico, la naturaleza es sabia. La cigüeña viene de parir, mirále la cara. Que bien se la ve, qué gorda, y después al gimnasio para tratar de levantar lo insoportable del ser. Qué lindo bebé, qué ternura,  ¿dónde lo meto? Y quien dijo que existía el instinto materno. ¡Más pobres que nunca pero felices porque es nuestro deseo y tenemos la alegría del hogar! ¡Somos los desafortunados más afortunados del planeta!

martes, mayo 22, 2012

Al pasar #4

20-04-2010 Cumplí 31 años hace algunos meses (menos de 12) y desde hace algún tiempo vengo notando un fenómeno... Como una amiga, apenas mayor que yo, que una vez me dijo: "no importa cuanta fuerza hagamos para evitarlo, finalmente siempre terminamos pareciéndonos a nuestros padres". Flor de afirmación, pensé. Después de esto, yo y vos necesitaremos un psicólogo. O varios. Yo no sé si la cosa es tan tajante, tal vez no nos parezcamos a nuestros padres, pero a unos viejos, eso seguro. Esto se vio luego reafirmado por otras conversaciones con amigos y conocidos y, finalmente, empecé a notar entre mis contemporáneos un ablandamiento de culos y un endurecimiento de ideas.

sábado, octubre 15, 2011

Facultativa #1

La epopeya homérica La Ilíada me resultó un bodrio casi total. Al punto de tentarme a aplaudir al abate D'Aubignac, François Hédélin, que escribió en 1666 que los poemas eran tan solo un conglomerado de cantos populares sin valor literario. (Raffaele Cantarella, La literatura griega clásica, Losada, 1971. Pág. 73) Lo único que me refrena tal acción es que no leí todavía La Odisea, que desde ya me resulta mucho más atractiva, al menos según lo que leí del argumento y la critica general, que dice que La Iliada es la obra de la juventud de Homero, mientras que La Odisea es la de su vejez. Entonces se espera que haya aprendido algo, ¿no? Veremos si en algún momento la leo...

lunes, febrero 14, 2011

M#23 La callecita de la bronca

Escribir para sacarse algo de encima, escribir para aplazar la muerte... Estuve en silencio un buen rato, pero ahora no, aunque el único sonido sea el de los dedos en el teclado. Este es el otro lenguaje de sordos.
Hace unos tres o cuatro años que manejo en la ciudad. Y hoy me tocó odiar a alguien en el tránsito. Odiarlo de verdad.
Me levanté tan cansada y tantas cosas para hacer! Tuve que salir de improviso con el auto, acompañar a mi marido a un trámite y luego lo dejé en un bar donde tenía una reunión de negocios entre cervezas. Me fui al súper y gasté más plata de la que había pensado, lo cual no me dejó de buen humor, como algunos habrán pensado, sino de pésimo humor. Es lo que pasa cuando pagamos muy caro por algo que no estamos seguros de que sea realmente necesario. Una compra dudosa. O estúpida. Y sólo un peso de vuelto.
Al volver, a media cuadra de distancia de mi casa, un viejo que iba en el coche de adelante decide parar en diagonal en una esquina comiéndose el cordón con la rueda de adelante y obstruyendo la calle con la cola del auto. Yo quería doblar en esa esquina, carajo. Bocina.
-¡Si puse la baliza es que voy a parar! –dijo, soberbio y muy pancho bajándose del auto.
-¡Pero no podés parar en cualquier lado! Con o sin baliza! ¡Mirá como dejás el auto! ¡Y tenés lugar! –dije moviendo el coche a la derecha para poder salir del corralito en que me dejó.
-¡Vas a chocar, vas a chocar!
-¡Qué voy a chocar! ¡Si yo tengo razón!
Entonces puse el freno de mano y me bajé. Su pretendidamente sabia vejez y masculinidad me molestaron. Y le grité. Y me gritó. Y le grité más fuerte y más grave, levantando la cabeza, de modo que el tipo ya no era más alto que yo. Entonces me vomitó un insulto machista, y al instante se lo devolví con otro referente a su viejo cerebro y a su choto caído. Me empujó para callarme, levemente atontado por el insulto, y se lo devolví con fuerza. Entonces me quiso cachetear, pero lo desvié y le pegué con mi puño. Yo, mujer joven, le pegué en la cara a un viejo, que se sintió herido más en su orgullo que en otro lado, y me devolvió la agresión sosteniéndome de los brazos, como a una chiquilina. Lo pateé y lo empujé, alguien me sostuvo por atrás, seguí pateando, y el viejo se cayó al piso. Pero seguía insultándome así que me solté y lo pateé en el estómago unas cuatro o cinco veces más. El viejo en el piso se retorcía. Alguien llamó a la policía. Escupió sangre. Me sentía transformada, poderosa, grande, y con ganas de pegarle más, pegarle hasta achicarle la soberbia. Sentía que hervía, que mis ojos eran fuego y que era invencible como Hulk.
Y le dije:
-Si tuviera un palo te lo pegaba en la cabeza ahora mismo y te mataba, viejo de mierda.
Y sentí el placer de hacerlo, de reventarlo a palazos hasta su muerte. La magnitud de mi rabia, enroscada entre mis tripas, era fuerte, tensa, profunda.
Ahí, justo ahí, fue cuando me asusté. Y me di cuenta de que debía sacarme eso de adentro o me seguiría persiguiendo la pulsión de reventar a alguien a trompadas, aunque no me quede la duda de que puedo.
-¡Si YO tengo razón!
Doblé, sin chocar ni rozar al otro auto, y estacioné.

miércoles, agosto 19, 2009

Quis fazer um morcego e fez um beija-flor!

A loucura é um assunto recorrente em literatura... E em família também.


Uma mensagem em forma de desenho ASCII e distorcida pelo Iphone (pois as linhas não entram no visor) virou poesia concreta! Que maravilha! Que palavras você encontra?

lunes, enero 19, 2009

M#22 Asalto a mano frenada

La gente en Buenos Aires se queja de la inseguridad. Y es verdad que los comerciantes tienen un aumento notable de visitas indeseables en sus negocios, pero los demás, nosotros, ciudadanos que nos dedicamos a otra cosa y no tenemos kioskito, la verdad que no nos podemos quejar tanto. Al menos no nos podemos quejar tanto como podrian quejarse los paulistas... y no lo hacen!
En São Paulo hay más gente, más autos, más motos, más autos y motos caros, más gente sin auto ni moto ni casa, más puentes, más gente abajo del puente, más tránsito, más colas, más bocas, más hambre, más pobreza, más riqueza, más ostentación, más chorros, más violencia.

El domingo era un día de sol, mi hermana estaba de visita, así que salimos los tres a almorzar al único lugar verdaderamente barato y rico que conozco en São Paulo. Por supuesto que siempre está lleno y hay que sacar número y hacer cola para conseguir una mesa. Y una vez que una está en la mesa que le corresponde se tiene que parar y hacer cola otra vez porque es self service. Aún así me encanta y siempre quiero ir. (Es una cosa de locos).
Entonces decidimos salir, almorzar y luego irnos a lo de mi suegra porque así se saludaban con mi hermana, la recien-llegada. El único traspié era que mi conjuge necesitaba pasar por la oficina a buscar unos papeles y la computadora que necesitaba para trabajar. Muy bien, ganemos tiempo, porque a todo esto son las 2 de la tarde, vamos mi hermana y yo en auto hasta el restaurante, así de paso le muestro a mi hermana lo bien que estoy manejando y vos, Cónjyuge, te vas en tu Hornet (una moto grande) a la ofi y nos encontramos en el resto. Dale, dale, total es todo por el barrio, en un pedo voy y vengo y nos encontramos. Ok, Ok.

Pero pasaba el tiempo y nada. Miro el celular y me acordé que lo había apagado porque tenía poca batería. Nos sentamos y mientras mi hermana iba en busca del primer plato, prendí el celular. 9 llamadas perdidas.

Nos encontramos en casa. Cónjyuge no almorzó y se volvió caminando desde la comisaría. Le robaron la moto que todavia no habia terminado de pagar. Dos en otra moto se cruzaron , lo hicieron parar, bajar, lo amenazaron con el arma, uno le dijo al otro matálo matálo pero el otro no lo mató lo hizo darse vuelta y caminar sin mirar atrás. Por suerte Cónjyuge es tranquilo en esas situaciones y no reaccionó para nada. El tema es que quedó más triste que una pasa de uva y a mí me daba una pena que ni te cuento. Era un domingo con un hoyo, más que un vacío. Entonces me llené de coraje y le dije que se metiera en el auto y que manejaba yo hasta la casa de su madre. Así él iba tranquilo, con el asiento recostado, mirando el cielo y regocijándose en ese sentimiento de miserabilidad que uno tiene cuando pierde a su cosa más querida, y encima se pega un julepe bárbaro. Es de destacar que, por supuesto, manejar hasta lo de mi suegra por la Marginal (especie de Gral Paz) era una cosa que yo no había hecho nunca. Incluso pasamos por el video club a devolver unas películas y luego: Marginal.

Pobre mirá la cara que tiene. Yo deberia haber prendido antes el celular. Qué raro esto no me anda, qué auto de mierda, qué garrón con arma y todo, 1.0, claro, que bosta! no sé como puede estar tan impávido, no le da bronca? a ver, probemos bajar a tercera, che, no me perderé no? uy qué hijo de puta ese como pasó, además creo que se enculó porque no atendí el teléfono, qué ruido de mierda, bue, a ver si llego a 80, ahí va, pero cada vez anda peor este auto de mierda, pobre, qué domingo de mierda!, ya estoy en quinta pero esta cosa no anda... Y este que me bocina? Qué me bocinás?

Bocinando un flaco desde otro auto me hace un gesto para que baje la ventanilla:
-Fuego! Se te está prendiendo fuego la rueda!!

Efectivamente, íbamos a 80 km/h en quinta y con el freno de mano puesto.


Un episodio más de:
"Quis fazer um beija-flor e saiu um morcego"

viernes, febrero 15, 2008

M#21 Papafrita a caballo

Léase, la papafrita soy yo, y el caballo es... ¡un reverendo hijo de potra! Para los que me creen soberbia, ya no se preocupen: me bajé del caballo (¡bah! ¡me tiró!)

Muy campante me fui por la campiña cabalgando mi caballo prestado, ensillado para carreras (¡pa' qué, por-dió, pa' qué!) Yo le tiraba pa' un lado y el caballo iba nomás, y pa' l'otro también, re-tranquilo iba el chango. Pero en un momento se sacó pirado y se mandó a correr, y yo bien igual... tranqui, galopar está chévere, todo oka, man. Pero bue, el animalejo no me frenaba, cuanto más tiraba la rienda, más al galope. Estaba como al vesre el sistema, no sé. Habremos llegado a los 250 km por hora más o menos cuando el reventado frenó sobre un alambrado y me fui volando p'adelante hasta rebotar en el alambre con mi cinturita rechoncha. Me hice un precioso moretón de 12 centímetros de diámetro arriba de la rodilla y un golpe en la cintura que ¡ay, mamita! me partió un par de músculos intercostales, según el ortopedólogo. Por suerte no me rompí nada, dice la radiografía, salvo el ego de jineta que llevo adentro y las pelotas de los que me acompañaban en mi ataque de suprema furia contra la vida, que me tira una vez más contra el piso duro (para mostrarme lo flexible que todavía soy, al fin y al cabo). Moravieja: "en la campiña, ojo al piojo, flor de piña"