domingo, junio 25, 2006

Macacos de Clarice

Dossier sobre Clarice en El Interpretador:

Hablan de Clarice:


Traducen a Clarice:
  • Monos
    (Clarice Lispector, A Legião Estrangeira, 1964) – Traducción: Mariana Zir.
  • Amor
    (Clarice Lispector, Laços de Familia, 1960) – Traducción: Haydée M. Jofre
    Barroso.

Más sobre Clarice:

jueves, junio 15, 2006

Má sí, yo lo digo! #2

¡Odio este bloGG! ¡No quiero escribir más!

martes, junio 13, 2006

M#13 Ayer fue lunes 12

Ayer, además de perder una tarjeta de débito –cosa que no me sucede nunca- al comprar un apunte facultativo en el CeFyL me di cuenta de que me estaban cobrando de más. La cosa fue así: como cada hoja cuesta 10 centavos, lo que hacen es contar las hojas y correr la coma hacia la izquierda.

(Pero antes, para entender el mecanismo de compra: los títulos y autores de los apuntes están detallados en interminables listas publicadas en las paredes del pasillo que se enfrenta al CeFyL ordenados por carrera y materia. El trámite consiste en anotar en un papelito el código de ese apunte que consta de un número-barra-otro número, siendo el primer número el código de la carrera (Letras es el 5, por ejemplo) y el segundo el código propiamente dicho del apunte. Para más detalles lea aquí )

El apunte entonces, figuraba en cartelera con 22 hojas. Pero, luego de hacer el pedido, al pagar todo (ese apunte y otros más), en vez de costarme $ 5,20, me salió $ 6,30. Me resultó raro pero conté las hojas según el número que en cada carátula dice que hay en ese apunte y la cuenta me dio exactos $ 6,30. Desconfié, siempre desconfío, y conté hoja por hoja. Efectivamente, el apunte que decía en la cartelera que tenía 22 hojas tenía un “HOJAS: 33” en la carátula. Me quejé y me dieron un “vale” por $ 1,10 que era en realidad un papelito de ésos donde una anota qué apunte se va a comprar, USADO –o sea, escrito-, partido por la mitad, firmado y sellado (no sé qué dice el sello, quizá sea una carita de Hello Kitty...) En la mitad sobrante el muchacho me hizo escribir el código del apunte y luego “33 NO, 22!” -donde el “!” lo puse por mi cuenta- para que lo peguen en el estante de ese apunte así dejan de (c/r)ob(r)arle 1,10 a cada alumno que quiere leer a Celan.
Todo eso me sonó a presagio: para cada “1” de las 11 hojas cobradas de más, correspondería un “3” del erróneo 33, con lo cual tendría dos preciosos “13”, casualmente fecha de hoy. O, si lo juntamos con las 22 hojas reales del apunte, dos preciosos "12", ¡fecha de ayer!.

Hoy, como dije, es martes 13, llueve espantosamente y por ahora es un día de mierda a pesar de que yo no creo que los martes 13 sean días especialmente de mierda porque hay jueves 27 que son francamente mucho peores. Pero el hecho es que, si quisiera, podría echarle la culpa a la fecha de tener una día tan desagradable. Sin embargo, un poco porque preví que este día podía ser sufrido, y otro poco porque ayer fue mucho peor, estoy mágicamente llena de paciencia y voy tratando de moderar los efectos de esta archi-conocida maldición con una dosis importante de resignación, trabajo y un pizca de alegría. A la vez, me tomo este instante en el que, creo, la vida está bajo control para sentarme a escribir tranquila y escuchar un disco que me acaba de llegar por correo.
Sobre las desgracias de ayer y de hoy mejor no hablar.
Pero sobre las cosas buenas sí: me acaba de llegar un disco precioso por correo. Arreglé la lámpara del comedor (venía mal y se terminó de romper hoy). La cocina quedó impecable aún después de que la vinieran a romper un poquito acá, para ver una cosita...) Leí un poco de Finnegans Wake y ¡es cierto lo que decían! no se entiende nada. Acaban de encontrar mi tarjeta y me la están por traer a mi casa. Espero que pronto toquen el timbre.

Tardan un poco...

Bueno...

lunes, junio 12, 2006

Al pasar #2

Carmen, una mujer de casi treinta años, un metro cincuenta de estatura y un defecto al hablar a causa de su labio leporino, está cansada y lo expresa. Como nació con Síndrome de Down, sus padres la envían a cuanto curso se les ocurre porque quieren que Carmen se desarrolle tanto como sea posible y saben que el achancharse en casa no la ayudaría en nada. Pero hace más de 15 años que Carmen toma clases de pintura y canto los lunes, de cerámica y natación los martes, de inglés y de salsa y merengue los miércoles, bricolage y literatura los jueves, tango los viernes y tenis los sábados a la tarde. Los domingos almuerza en casa de sus tíos o abuelos y mira televisión –“por fin”, agrega ella. Todos los días menos los fines de semana asiste algunas horas a una escuela para adultos “especiales” donde lee, escribe y hace cuentas. Entonces, Carmen se hace la distraída y prefiere hablar de los colores en vez de pintar, chapotear en vez de nadar, mirarse y conversarse en el gran espejo del salón en vez de bailar el tango y mirar el mundo que pasa por la ventana del aula en vez de repetir “yes, I am”. Carmen se va por las ramas.
-De acá me viene a buscar un remís porque tengo que llegar a mi casa para tomar la merienda que me hace Elvira. Y después tengo pintura, que es alláááá... es mucho tiempo en el auto. Pero mi mamá y mi papá me tienen podrida, porque quieren que sea puntual, que haga todo. Si llego tarde que por qué llego tarde, si tengo que llegar temprano a todos lados.
-¿Ah, sí?
-Sí, -continúa Carmen- mi papá es muy hincha-pelotas. Le gusta que todo esté perfecto, que salga todo muy, muy bien... ¡Qué gracioso, –dice señalándose con un dedo el labio leporino- y mirá la hija que le salió!

domingo, junio 11, 2006

Al pasar...

Nando Reis, ex-bajista de los Titãs que acaba de lanzar su sexto disco solista, en una entrevista del programa del gordo pelotudo de Jô Soares (una especie de "talk show" más viejo que la propia televisión brasileña), explicó -transcribo de memoria y traduzco- por qué se había puesto, al terminar el secundario, a estudiar Matemática, carrera que abandonó en el primer año cuando los ensayos con los Titãs empezaron a tomarle demasiado tiempo y redituarle algún tímido dinero:
"-Bueno, a mí me resultaba difícil esa disciplina. Yo era terrible haciendo cuentas. Así que pensé que si estudiaba Matemática iba a ser una persona mejor."

sábado, junio 10, 2006

M#12 A.T.P.

Una vez me llamaron de una tal asociación de traductores de portugués adonde yo había mandado CV. Entre medio de la conversación, donde el tipo me contaba sobre su ex-mujer y otras cosas personales, percibí un tono demasiado salivado, había baba ahí. Pero además tenía voz de gay, así que creí que me equivocaba, que el tipo podría tener una dentadura nueva, por ejemplo. De pronto me dijo algo muy directo que mi cerebro borró como se borran esas cosas malas que nos pasan en la infancia. Sin embargo, desde ahí empecé a entender todo el mensaje acosador subliminal. Después la cosa se puso explícita de nuevo, supongo que porque me quedaba muda, esforzándome en creer que la conversación tenía fines meramente profesionales y todo lo que me decía en realidad no me lo decía y yo no lo escuchaba, y entonces no me acuerdo qué le dije y corté atónita y con un miedo como si el tipo hubiera estado hablándome desde el portero eléctrico y me esperara en la puerta hasta que no soportara más los días de encierro y tuviera que ir a comprar agua y pan acá en lo de los chinos. Y en realidad no deliraba tanto, porque en el CV que le envié estaba toda mi información, e-mails, teléfonos, dirección, piso, departamento, número de documento.

No hice nada, sólo me senté a esperar. Y mientras respiraba pensé en la ex-mujer, una brasileña que hacía traducciones y acababa de abandonarlo con la empresita para volver a su país. Recordé que insinuó y quedaba claro que la mina se había ido con otro. “Éste se cree que todas las brasileñas somos putas”, creo que me dije en voz alta. Entonces él la maldecía, pero a la vez contaba que era hermosa y supongo que oí que le llegaba poco trabajo de traducción pero que le gustaba meterla por el orto. Ahí es cuando corté, me parece.

Hace una semana, mientras traducía otro capítulo de Nip/Tuck, sonó el teléfono y preguntaron por la traductora de portugués.
-Soy yo -respondí.
Una voz se presentó como Carlos, de la asociación de traductores de portugués y ofreció pasarme un trabajo para la empresa Tal, una marca reconocida.
-No.
-¿No querés hacer un presupuesto?
-No. La verdad, no me interesa. Gracias.
Y corté antes de oír nada más.

domingo, junio 04, 2006

M#11 Piruchez yendo en colectivo

Después de mucho buscar entendí que ninguna imagen me representaría. Quería ser fiel en la imagen a mí yo de hoy. Pero ni la más actual era por eso la más leal. Tampoco la más linda, seguro que no; ni la fea y ridícula, ni la cotidiana, ni la extraña, ni tapada, ni incoherente, ni obsesiva, ni objetiva, ni nada. Me di cuenta de que aún proponiéndome transmitirla con la más extrema sinceridad de que soy capaz, nadie puede tener una idea de lo que de hecho soy mirando una foto (ni yo sé qué significa ese "de hecho" pero hagamos como que sí porque si no esto es un lío). Quizás pueda hacer llegar algo más fiel si muestro un dibujo mío. O quizá vean en él el mismo vacío o el mismo signo de pregunta. A medida que vivo, me voy dando cuenta-cuenta, cuenta en serio –más en la carne que en el cráneo-, que la única verdad es la mentira. Que no hay ficción en el cine ni realidad en el noticiero. Es lindo eso. Aunque no quisiera que por eso se crea que salir mintiendo por ahí es estar haciendo algo sano, artístico o incluso necesario.
No voy a explicar la diferencia elemental que hay entre mentir y mentir. Apuesto a que el que entendió, entendió. Y el que no, chim-púm.
Es lindo tener que dibujar algo para decir ésa soy yo. Lo cual no quita que sea sólo eso. Es una manía muy occidental eso de querer representar totalidades. En realidad lo que está clarísimo –que esté clarísimo es como totalmente claro... uy...- es que lo que existen son perfiles. Justamente porque somos tridimensionales y no dibujos en papeles. (Aunque en los papeles hay perfiles de veinte mil dimensiones). Lo cual tampoco significa que si en vez de dibujarme me esculpiera, fuera a serme más fiel. En realidad cómo podría si ni yo sé quién soy.
Todo esto porque me llegó una invitación por mail para pertenecer a una comunidad de amigos uéb. Para entrar hay que contestar un cuestionario y el primer espacio a completar es: “quien soy yo:” ¡Alapipetuá! ¿Qué se creen que somos? ... Como varios, yo también dejé ese espacio en blanco. No veo nada demasiado claro, todo borroso y por mitades. Además está el Tiempo que hace girar el caleidoscopio y zás, ahí van moviéndose los vidriecitos de colores complicando más la cosa.