viernes, septiembre 30, 2005

Escribiendo ciudades


Av. Libertador, sábado a la madrugada. Posted by Picasa

jueves, septiembre 15, 2005

Me siento feliz porque ya tengo tres (tres), sí, TRES, comentarios en mi Marianada #2. Uno muy escueto, del Rey del Huevo Frito; otro de la Reina del Omelette (cuya especialidad es el de Choclo) que no es otra que mi madre, quien tampoco necesita ya cocinarse sola porque es una mujer del dosmíl, y que me recomienda volver al uso del platito "maricón" (cosa que por cierto voy a hacer en vez de andarme con ínfulas de realeza); y el tercero, de mi hermana –viene familiar la onda bloGG, parece- que como casi siempre es la que primero ríe, ríe mejor y sobre todo ríe conmigo, de buena onda, para que no me ría sola, viste. También es la primera en aplaudir cuando me pongo a cantar. (¡Graciaaaas, graciaaaaas!) Y me saca fotos (¿será porque no se escucha?)
Ella dice que por venir de la más pura yema real (¿un huevo de pavo es un huevo real?) podemos decirnos princesas. Pero, lamentablemente, no estoy de acuerdo con ella. Vamos, seamos claras, me parece que habría que revisar los papeles porque creo que los títulos de sus reinados ya caducaron... Dicen que para mantenerlos válidos había que cocinar al menos una vez cada cuatro años y, bueno, uno que porque la mujer es discípula de Mausi y hace unos platos de te-le-vi-sión y la otra que porque el Prato Verde y el delivery del Copacabana le resuelve todo el molesto asunto, quedan todos pipones y nada de darle a la sartén.
Es más, me parece que la Reina es ella, mi hermana, pero de la Torta Sorpresa, que es una ricura de coco y no sé qué más ¡que es una delicia assssoluta!
Otros títulos reales de la familia (¡corrija, sugiera, proponga!):

Vó Sara: Rainha da Ambrosia (queimada) e da Inmemorial Torta de Nozes.
Tío Mariano: Rey de las Pastas.
Verónica: Reina del Pan Integral Casero (y su versión Paquetito para el Desayuno de Mañana.)
Pepe: ¡Rey de la Pizza!
David: Rey. ¿o no sabías?
Bueno, al menos hasta que llegó Shawn.
Ale: Reina de los Platos de Te-le-vi-sión (No digo de Utilísima, digo de Gourmet)
Abuela Juana (ésta se llevó todos los títulos encima, así que son irrevocables): Reina del Sanguchito Improvisado, Reina de la Torta de Membrillo (y su versión Bizcochitos), Reina de los Ravioles con Champignones al Curry, Reina del Guefilte-Fish ¡Desmenuzado a Mano!, Reina de la Torta de Miel, Reina de la Ausencia de Recetas para que Nadie las Vuelva a Hacer, etc.

Para finalizar, dos cosas: una, les recuerdo que éste no es un bloGG de gastronomía porque a mí la comida me gusta re-poco (¡ppffff!), así que les aviso que el tema está bastante agotado y les recomiendo leerse también los posts anteriores que, pobrecitos, para mí que nadie los leyó. Y dos, quiero hacer mención que la sartén de Teflón(R) gracias a la cual sí me salió tan lindo el segundo huevo estuvo auspiciada por la Reina del Omelette (de Choclo. Ah, ¡y del Soufflé de Queso!). O sea, tarde o temprano, siempre me saca las papas del fuego.

miércoles, septiembre 14, 2005

Marianada #2 bis, yapa.

La cena de ayer consistió en ensalada, mucha, feijão, una rodaja de pan y un huevo frito. No sé cómo, nadie sabe, pero esto es una marianada total: sartén, fritolín, al fuego. Agarro un huevo de los de campo, precioso, grande... Lo voy a hacer rico y divertido como lo hacía el Rey del Huevo Frito (mi padre, que hoy ya no necesita cocinarse solo), pensé, directamente lo parto sobre la sartén, sí, parto el huevo sobre la sartén, sin platito y esas mariconadas. Ahí voy. Un golpe seco del huevo fresco en el borde de la mesada de mármol y
sprlaaaaaaaaaaaashhhssrll

Me salió mal. Se me rompió... se me rompió todo... se me desarmó el huevo en la mano... la yema anaranjada, preciosa, la clara tirada, todo embadurnado y desperdiciado. ¡Claro, ahí me acordé que el El Rey del Huevo Frito le daba un golpe seco al huevo con un cuchillo sobre la sartén! ¿Y yo, cómo hice semejante desastre? ¡Qué destreza! Esto en Psicología debe tener algún nombre. Y a esa altura me empecé a reír, porque si no me río yo, ¿quién?
Al final, me hice otro que me salió delicioso y no se me pegó en la sartén porque es de teflón y es nueva. Así que todo terminó bien, después de todo.
En fin, lo que queda clara es la yema... jajaja (¿si no yo, quién?). No, en serio, lo que queda clara es mi falta de contacto con los huevos en el último tiempo... (¿si no yo, quién?)
Pero bueno, mejor lo dejó acá porque parece que si no, rompo los huevos... mal.

Marianada #2

Al finalizar el día de ayer mirando teéne (el canal de las noticias) me enteré que se trató de un día martes 13.
Martes trece o veintidós, yo soy Mariana y de las marianadas no me salvo ningún día del año.
Para que quede bien claro lo que dije en el post anterior acerca del cincuentitrés, va esta dulce anécdota colectivera.
Martes 13, 21:27 hs. Camino hacia la parada del cincuentitrés ansiosa por llegar a casa. Cuando estoy a cuarenta metros veo que pasan dos (DOS) (2!), sí, dos cincuentitreses. Al menos, siempre tan positiva yo, no hay nadie en la parada y tengo todo el poste para apoyarme tranquila y pensar en qué lindo va a ser cuando me pueda bancar un auto y en veinte minutos esté en mi casa. Por suerte esperé lo estándar: unos diez minutos. Eso es rápido. Mucha suerte. Me subí y me puse a leer el prólogo de la traductora del Tao Te Ching que acababa de comprarme, evadiendo las lecturas obligatorias de la facultad. Me puse a leer un poco incómodamente porque estaba en el asiento de atrás de todo, al lado de un chico que llevaba la ventanilla abierta, y ayer estaba un poquitín frío... como diez grados centígrados, ¿no? Suelo estar de acuerdo con las ventanillas abiertas, y más en el cincuentitrés, porque abunda el olor a bunda (el que sepa portugués, entendió el chiste, el que no... no.), o sea, a culo. Pero, esta vez, me venía todo el fresquete en la nariz y empezaba a molestarme. Sin embargo, no dije nada. Sufría, sentía que me enfermaba, pero igual me la comí. Entonces empecé a discutirme a mí misma que por qué no me dejaba de joder y le decía “¿cerrarías un poco la ventana?” y se me ocurría que eso era enfrentarme con mi propio prejuicio de ser esa gente que prefiere el calor del olor a pedo al fresco smog de la Av. San Juan. En medio de mi diatriba contra mí misma, hete aquí que el chico se levanta y se baja dejándome su lugar junto a la ventanilla y solucionándome el conflicto de una patada.
Perfecto. Corro la “colita” tsssssum y listo. Ahora sí que estoy cómoda y de acá ¡no me mueve nadie! Me volví a meter profundamente en mi lectura no sin antes cerrar bastante la ventana notando que, claro, el frío pasaba por adelante del muchacho sin que él sintiera un pomo y me venía a dar justo a mí en la cara de la misma manera que le pasaba al señor que ahora estaba sentado a mi lado y de quien percibí, sin mirarlo, un grato alivio cuando por fin el frío dejó de entrar y nos quedamos con el olor que abunda.
Retomo. Entonces, metida en mi lectura, al rato empecé a toser. ¿Cómo obrará el sabio que se une al tao o que con éste busca fundirse? La propuesta de Lao es no obrar, no hacer. Algunos pensamientos se me entrecruzaban tímidos: “la ventana está cerrada, ¿cómo podrá entrar tanto smog?” y tosí otra vez. Las prácticas yóguicas –coincidentemente con los aportes de algunos santos cristianos, con los relatos de los iluminados de toda época y latitud y las experiencias de autoconocimiento con el empleo de ciertas drogas- nos hablan de estados en que la percepción corriente de lo que rodea al hombre se extingue... Tosía más. Era evidente que algo se estaba quemando. ...para ser reemplazada por la inmediatez con los objetos... Miré fugazmente a los costados y como no vi nada ...de este modo queda en descubierto la unicidad de lo plural... qué más da, lo único que importa es seguir leyendo y llegar a casa en un ratito, ya estamos casi en Constitución...
De hecho, en Constitución parece que el chofer se bajó del colectivo y cuando levanté la cabeza me di cuenta que el colectivo estaba invadido de humo y todos bajamos un poco despavoridos, a ver si encima explota y nosotros adentro, como dijo uno. El motor se había fundido (aunque no creo que con el tao), o algo por el estilo, y el problema estaba justo debajo de mi asiento. Cuando bajé del colectivo, me dolía la cabeza y seguía tosiendo, debo haber respirado monóxido de carbono como nunca y la verdad es que me sentí drogada. Eso sí, lo de la unicidad de lo plural, no lo entendí.

viernes, septiembre 09, 2005

¿Síntesis? ¿Contradicción?


De Joan Miró, la sonrisa de una lágrima Posted by Picasa

Editorialóide

This is Marianada #1.
Siempre me están diciendo que por qué estoy acá si en realidad podría estar allá y si tengo una hamaca (no paraguaya) en el living (además del gordo, pero a ése lo dejo para otro día) y si escucho taaaanta música brasilera, y si "en brasil esto, en brasil lo otro", etc.
Acá, en este bloGG no van a encontrar ninguna, nouuán, ocún, neñuma, respuesta.
Lo único que puedo decir es que de contradicciones está hecho el mundo y yo no soy excepción. Y lo único que puedo agregar es que la cosa acá viene de "dialéctica fundacional", imagínenme sin Brasil. Imagínenme sin Argentina. ¡No se puede! (¡nonsipódgi!) Yo soy binacional.
Una vez más, empiezo algo planteando mis dos, tres, cinco, costados porque todos queremos ser mirados enteros... Bueno, yo sí. Por eso, no se sorprendan si aparece una entrada en bloGG en portugués.

Odio la frase "en este país" porque nadie dice: "en este país siempre logramos salir adelante" ni "...hay paisajes preciosos para visitar", si no que el complemento viene obligatoriamente de la calaña de: "...no se puede confiar en nadie", "...los gobiernos son una porquería", "...todos los políticos son ladrones", "...no se puede (complételo Ud. mismo)", "...¿qué esperabas?"... Pero sí, claro, yo también la digo a veces. La verdad es que, y esto no lo digo casi nunca, a mí me encanta Buenos Aires. Podría decir que la amo, si no fuera por el colectivo 53 (casi cualquier otro bondi es un lujo al lado del 53), la mugre y el olor a mierda constante en todos lados, las veredas flojas, irregulares, cagadas y meadas por los perros, el subte que cierra a las 22 hs., mis vecinos que escuchan el mismo tema cumbiero todas las santas mañanas, los pésimos itinerarios de los transportes públicos, y sobre todo, por la gente que la maneja, que algo bueno hará, supongo, pero no se nota. En fin, en este país... ¿qué esperabas?

Para ir cerrando, voy a lo que vine: a contar el por qué del título "Marianadas". Resulta que iba a poner "Marianeces" porque rima con boludeces pero me di cuenta que queda ese "eces" al final que con agregarle una "h" delante me saca totalmente de órbita. Cuando digo que lo que escribo son boludeces, quiero decir que son cosas que si nadie las lee en la putavida, no pasa nada; pero tampoco digo que sea un mieeeerda.
Así que "Marianadas" es mejor, porque nada, viste, nada, no sé, queseyó. Y porque rima con "bananada" que en portugués es un dulce muy potente hecho de bananas que es ¡de lo más ricoquiháy! y también significa algo que no salió como se esperaba, un lío, como darse vuelta y de un codazo tirar una botella de oporto, una bananada total, o en fin, una marianada.